31/5/10

La catástrofe antes de la catástrofe

La cumbre internacional que tratará la situación actual de Haití tras el terremoto del 12 de enero, se llevará a cabo el próximo miércoles 2 de junio, en la República Dominicana. El objetivo es concretar la donación de cinco mil millones de dólares por parte de los países latinoamericanos y España -de los cuales 100 millones serán aportados por los países sudamericanos- destinados a la reconstrucción del país afectado.
Tras confirmarse la presencia del mandatario hondureño, Porfirio Lobo, en la cumbre, Néstor Kirchner, secretario general de la UNASUR (Unión de Naciones Suramericanas), decidió no asistir, medida que también tomó el presidente ecuatoriano Rafael Correa, como forma de rechazo al Golpe de Estado que presidió Lobo y que no dejó finalizar el mandato de Manuel Zelaya, quién había sido elegido democráticamente
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A la República de Haití la integraban, hasta 2009, diez millones de habitantes. Pero tras el catastrófico terremoto del pasado 12 de enero, murieron doscientas treinta mil personas y tres millones fueron afectados. Sin embargo, estos datos no parecen alarmantes si se tiene en cuenta que, todos los años, uno de cada diez niños haitianos muere por desnutrición antes de cumplir los 5 años; el 20 por ciento de la población muere antes de los 40, y el 39 por ciento de los adultos sufre de VIH/SIDA, de los cuales el 32, también padece de tuberculosis.
Increíble ¿No? La explotación y el autoritarismo que han atormentado a Haití a lo largo de su historia dejaron consecuencias fatales en sus recursos sociales, ambientales y financieros. Alimento y salud son, hoy en día, privilegios para quienes logran acceder a ellos.

Desde siempre, este país caribeño registra las tasas de mortalidad infantil y materna más elevadas del Hemisferio Occidental. Un tercio de los recién nacidos sufren desnutrición y solamente el 20 por ciento de los niños haitianos tiene acceso a la asistencia médica básica; el 50 por ciento de las mujeres embarazadas, al igual que dos de cada tres menores de 5 años, están afectados de anemia. Al menos 30 mil bebes y el 72 por ciento de los niños en edad escolar del área rural padecen de insuficiencia de yodo, que tiene como principal consecuencia problemas de retraso mental y, muchas veces, la razón se debe a que durante los embarazos las madres también sufrieron la falta del mismo.

Además, el VIH/SIDA es considerado una de las grandes problemáticas de salud pública y es prioridad del Gobierno, ya que Haití cuenta con el porcentaje más alto de infectados de la región, siendo en su mayoría mujeres. Incluso antes del terremoto del 2010, aproximadamente la mitad de las causas de muertes eran atribuidas a esta enfermedad, junto a otras como la meningitis, cólera, diarrea y tifoidea. La tuberculosis también representa un grave problema de salud ya que los casos son diez veces más altos que el promedio del resto de América Latina.

Conseguir agua potable también se vuelve una gran dificultad. En Puerto Príncipe, la ciudad capital de Haití, cada año los desagües deben ser limpiados antes del comienzo de la temporada de lluvias, ya que la basura acumulada provoca riesgos de inundación. Luego del terremoto, esta situación se agravió porque a los desechos se le sumaron los escombros generado por el sismo. Pero la situación empeora si se tienen en cuenta las enfermedades que la contaminación del agua dulce propicia.

Antes del incidente de enero pasado, la mayor parte de los haitianos ya sufría una situación de extrema pobreza. Tienen una economía de subsistencia, donde más de la mitad de la población vive con menos de un dólar por día y casi dos millones y medio no tienen acceso a los alimentos básicos como el arroz. Su dieta está basada en una galleta hecha de barro, manteca vegetal y sal, de precio económico, pero que genera graves problemas en su salud.

Haití sufre. La terrible situación económica y social que la azota empeora con los continuos desatres naturales que lo castigan.

El 12 de enero pasado se registró en Haití un terremoto que, por sus graves consecuencias, es considerado uno de los desastres naturales más grandes de la historia. Aunque el país esté ubicado en una zona propensa a este tipo de catástrofes, la contaminación, la deforestación y el no encontrarse preparados para enfrentarlas, hacen que sus efectos sean aún más devastadores. Viviendas colapsadas; edificios gubernamentales derrumbados; hospitales, escuelas, estaciones de policía, iglesias e incluso morgues, fueron destruidos o dañados de tal manera que no pueden ser utilizados; la infraestructura de comunicaciones quedó inoperable; la gran cantidad de personas heridas; la creciente violencia entre sus ciudadanos, y la escases de luz y agua, hicieron que la situación sea una de las más peligrosas de los últimos dos siglos, y con secuelas que, se cree, llevaran muchos años enmendar.





Fuentes:
http://crsespanol.org/article.cfm/country/Hait%C3%AD/article/9317
http://primeran.com/es/internacional/5132-cruz-roja-denuncia-que-en-haiti-la-situacion-sigue-siendo-critica.html
http://www.wfp.org/countries/haiti

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